Caso Melina: Cómo construir «amenazas umbanda» en 5 prácticos pasos

12-10 amenaza de muerte diario registrado

1- Tomar un comentario o una advertencia de una persona extraña, cuya credibilidad o representatividad es absolutamente desconocida y probablemente nula:

(Gustavo, hermano de Melina):  «se presentó para hablar con mi vieja, mi mamá estaba descansando, no? y lo atendí yo en la puerta. Quería hablar con ella porque dice que la estaba siguiendo por la tele y que le quería dar el pésame, viste, y todo eso…  antes de retirarse la persona nos dice que tengamos cuidado que todo lo que es macumbero y esas cosas se nos vienen encima..» (en América 24, hoy a las 918 am)

2- convertirlo sin dudar en una amenaza:

-(Periodista): «Gustavo: fue una advertencia o fue una amenaza? como lo sentiste vos?»
– (Gustavo): «Y no sé .. . si es advertencia, por las dudas nos estamos preparando, viste? pero ya que te vengan a alas 8 de la noche a decirnos eso, la verdad que tampoco era el horario…»
-(Periodista): «Claramente lo que les quiso decir es que se les puede volver en contra toda la religión umbandista de acuerdo a esto que está pasando«

3- Poner la (ahora) amenaza en los titulares de todos los diarios, brindándole a la opinión de un desconocido la representatividad de todo un colectivo social:

12-10 amenazas CL-horz

4- agregarle, con un poco de imaginación, algo más de peligro y ya titular:  «Amenaza de muerte«:

amenazan de muerte ahora

5- alternativamente, llevarlo a «niveles Chiche Gelblung»:

12-10 no hables templos umbanda o mataremos a otroshijos Veloz

6- no preguntar -nunca- al entrevistado original si los titulares que reflejaban sus palabras son correctos:

-(Periodista masculino): «yo tenía dos versiones (de lo trascendido) … Una era que te había dicho: «te va a caer la maldición de los Umbanda». Eso te lo dijo? »
-(Gustavo): «No»
-(Periodista masculino): «Y la otra que tenía era: «No hablen más del caso y dejen de involucrar a los templos Umbanda porque los vamos a matar a todos» »
-(Gustavo): «No. Ninguna de las dos cosas.»
-(Periodista masculino): «Ninguna de las dos cosas? Esto está publicado… claro que muchas veces las cosas que se publican -no estoy diciendo nada nuevo- no son ciertas….»
(periodista femenina luego intenta justificar los títulos, corrigiendo a su demasiado sincero colega)…  (C5N 12.40 hs)

Nota final: No intento con esto sugerir que la familia no debería haberse preocupado con el episodio -ya que cualquier loquito puede ser un peligro.

Me interesan, principalmente, las repercusiones sociales del caso, y por ello señalar la irresponsabilidad periodística, que convierte -sin dudarlo, y a escala nacional- un hecho individual, de ambigua interpretación, en una indudable acusación colectiva: «amenazas umbanda», continuando así con la criminalización mediática de un grupo religioso que ya viene de años atrás pero alcanzó picos de virulencia inusitada en los últimos días.

Estos saltos lógicos, que terminan en titulares tenebrosos e irresponsables en los principales medios nacionales y regionales, sólo son posibles porque efectivamente hay un prejuicio generalizado entre los periodistas acerca de la peligrosidad de «los umbanda» y por ende de la posibilidad cierta de su accionar colectivo como un grupo mafioso. Nada más alejado de la realidad. «Los umbanda» no actúan corporativamente y buena parte de las veces ni siquiera colectivamente. Además, he leído cientos de opiniones de afro-umbandistas en grupos de facebook en los últimos días y ninguna hizo referencia crítica a los familiares de Melina -ya que coinciden que han sido víctimas de un hecho atroz. Apenas he visto -algunas, pocas- críticas al testimonio de Melody.  Su preocupación principal son los medios y su costumbre de culpabilizar a la religión, condenando de antemano al pai y mostrando sin cesar imágenes religiosas de su templo. O, como en este caso, culpándolos a ellos de una advertencia poco creíble y en todo caso equivocada. Una estigmatización flagrante e intensa que parece no llamar la atención de ninguna autoridad que pueda limitarla y que afecta de manera negativa la vida cotidiana de millares de argentinos que practican estas religiones, y que por solo hacerlo pasan a ser cuasi-criminales.

(son 6 pasos, en realidad, pero para estar a tono con la entrada de Darío La Vega en este mismo blog)

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Alejandro Frigerio

Alejandro Frigerio

Alejandro Frigerio es Doctor en Antropología por la Universidad de California en Los Ángeles. Anteriormente recibió la Licenciatura en Sociología en la Universidad Católica Argentina.
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