Áreas de vacancia en nuestra comprensión del Pentecostalismo en Argentina

por Hilario Wynarczyk (UNSAM)

Este trabajo se refiere al movimiento pentecostal en la Argentina y el desafío que la complejidad de su dinámica le presenta a una comprensión en la que pueden converger los enfoques combinados de la teología y la sociología.

La trama del artículo consiste en una lista de once puntos sobre los cuales opino que tendría utilidad enfocar el estudio del pentecostalismo en la Argentina, desde un ángulo predominantemente sociológico. Quizás los puntos que aquí serán desplegados puedan ayudar también a la reflexión sobre otros contextos nacionales y un posterior acrecentamiento de estudios comparados. Carecemos de tales estudios y es importante para su potenciamiento el hecho de compartir criterios básicos.

Norberto Saracco, sostiene que “el pentecostalismo está en crisis y debemos admitirlo. Es una crisis de identidad” (2014). Y una página más adelante agrega: “la iglesia pentecostal tal como la hemos conocido en el siglo pasado  ha llegado a un límite y en muchos casos tiende a decrecer”.

A partir de esas consideraciones de un pastor cuyos aportes escritos en perspectiva histórica son fundamentales a la hora de interpretar el pentecostalismo en la Argentina, yo podría extenderme en una lista mayor de cuestiones para la sociología de este vasto, heterogéneo y dinámico movimiento religioso evangélico. Pero seleccioné algunas que expongo a continuación.

Reconfiguraciones de fronteras internas del mapa evangélico

En el libro que titulé Ciudadanos de dos mundos: el movimiento evangélico en la vida pública argentina, 1980-2001, organizo analíticamente el universo de las iglesias evangélicas con el concepto de “campo de fuerzas”, como un sistema que (dicho ahora muy escuetamente) funciona constituido por iglesias (subsistemas, actores colectivos) entre los cuales existen relaciones dinámicas, de asociación y tensiones, movilizadas por hermenéuticas tanto religiosas como sociales, y también por intereses, en un sentido amplio de la palabra “intereses”. Estas hermenéuticas o maneras de comprender temas religiosos y sociales, junto con los intereses, actúan como fuerzas (Wynarczyk 2009).

Retomando ese concepto, considero que el universo constituido por las iglesias evangélicas atraviesa un ciclo de influencia cultural del neopentecostalismo hacia el pentecostalismo, que se extiende también hacia los evangelicales, como los bautistas, por ejemplo, alcanzando inclusive a algunos protestantes históricos.

¿Pero qué sucede exactamente? ¿Qué es esa influencia? ¿Cómo funciona? Tales preguntas constituyen un tema de investigación cuya vigencia querría hacer notar.

Gravitaciones locales y regionales. Tipos de actores, colectivos e institucionales

Los datos sobre participación de las federaciones evangélicas –e iglesias pentecostales en particular– en temas de ley de culto, política y diálogo inter-religioso, muestran que su protagonismo transita por algo menos que una meseta (pese al protagonismo público de dos o tres individualidades que en definitiva no alcanzaron o no alcanzan mayor gravitación ni representan a las mayorías evangélicas). Esto en contraste con un ciclo de acción colectiva que entre finales de la década de 1990 y comienzos de la siguiente tocó su ápice.
Sin embargo, esta imagen surge de estudios en Buenos Aires y Conurbano Bonaerense. Frente a eso quiero exponer las siguientes consideraciones.

Mi experiencia con el interior argentino me indica que es imprescindible hacer estudios, hoy, sobre las organizaciones y vinculaciones de los pentecostales (y otros evangélicos) con la sociedad y el Estado en ciudades del interior y en provincias.

Además, enfatizaría en esta misma línea metodológica, considerar como unidades de análisis, a los consejos pastorales y a las direcciones de cultos, municipales y provinciales.

A título de señal empírica de lo que aquí afirmo mencionaré que el Gobierno de la Provincia del Chaco, recientemente decretó que el 16 de mayo es el Día de Pentecostés y los evangélicos ese día gozaron de asueto en el Estado provincial.

Por otra parte mi experiencia me deja pensar que en las iglesias locales, en los consejos pastorales y en los municipios, residen prácticas de consecución de recursos para actividades de servicio alineadas con el  Estado y la política. Y, precisamente, un pastor pentecostal me escribe: “La ayuda social hace que se abran puertas en la relación con el gobierno, y hoy en muchas ciudades y provincias, la iglesia evangélica forma parte del protocolo”. El pastor se refiere en forma implícita a consejos pastorales e iglesias. A esos actores es necesario comprenderlos mejor, como sostuve recién.

Subsecuentemente, en algunos contextos locales dentro del país la preocupación por la ley de culto y la igualdad religiosa quizás es apaciguada por las alianzas y la consecución de ciertos beneficios desde la esfera pública, que quizá son el fruto de un tipo de “relaciones prebendarias”.

Gravitaciones regionales y organización descentralizada

El movimiento denominado Argentina Oramos por Vos (con algunos líderes en buenas relaciones con el Papa Francisco Primero desde que era Monseñor Jorge Bergoglio, arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires) impulsa una tendencia a articular a las iglesias evangélicas –y especialmente a las pentecostales–, en áreas regionales. Estas áreas podrían tal vez ser interpretadas como virtuales presbiterios. Y algo similar sucede con ACIERA, y su concepto de ACIERA Federal. Ambas líneas de acción, orientadas a un tipo de descentralización de liderazgos, que al mismo tiempo los concentra como subsistemas, buscan eficacia para ser “de influencia social”, una idea cara a muchos líderes evangélicos.

En cualquier variante, la regionalización de la dinámica pastoral constituye un aspecto importante para ser comprendido, como un tema que se conecta en parte con el planteado en el punto número 3, donde hablamos de gravitaciones locales y regionales y tipos de actores, colectivos e institucionales.

Evangelismo pentecostal

Sería importante estudiar también la persistencia o no de las campañas de evangelismo a la manera de la década de 1980, o en otros formatos.

Un pastor me escribe: “aunque no es muy difundido o quizás nada, se continúa evangelizando, ejemplo Carlos Annacondia y sus campañas recorriendo el país, Omar Cabrera y los impactos de fe, en Paraná 102 personas se consagraron, y en una reunión de hombres en Rosario 176”.
También debería ser incluido el tema de ministerios específicos o especializados, como el dirigido por José Luis Cinalli, abogado y pastor, y su esposa Silvia Cinalli, médica sexóloga, abocados a la educación sexual a través del ministerio “Restauración Sexual”, de amplia proyección a través de Internet, conferencias y libros, desde la ciudad de Resistencia, capital de la provincia del Chaco, donde tienen su sede.

Llamativamente, en relación también con los dos puntos anteriores, que tratan de gravitaciones locales, el pastor Cinalli es director, también junto a su esposa, del Curso Intensivo de Educación Sexual, con la aprobación del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Provincia del Chaco.

Pentecostales y catolicismo

Los conflictos intra-pentecostales por las aproximaciones de algunos pastores al liderazgo católico, constituyen un tema actual, sobre todo a partir del carisma personal del arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Bergoglio –que devino Primado de la Iglesia Católica Romana–, con su aparente disposición fraterna hacia los evangélicos carismáticos. Y finalmente el tema de Tecnópolis, enorme predio ferial situado en el Conurbano Bonaerense.

Aparentemente, en el año 2015 un flujo de recursos económicos del Estado Nacional facilitó la realización de shows evangélicos en actividades de bandas cristianas de tono rockero con notable presencia católica. El dinero dirigido a Tecnópolis durante la gestión presidencial que concluyó luego de las elecciones del año 2015 habría surgido de un formato de gestión financiera del Estado que en estos momentos enfrenta serios problemas con el Poder Judicial de la Nación.

Así, el tema abre la puerta al estudio de cómo entienden los líderes pentecostales sus relaciones con la sociedad civil, el Estado y la influencia institucional de la Iglesia Católica, manteniendo como trasfondo conceptos básicos de la fe evangélica. Esto en circunstancias que cronológicamente se suceden a partir de líneas de acción abiertas por Bergoglio en los grandes encuentros en el Estadio Luna Park, que analizo en artículos publicados por Cordialmente, accesibles a través del enlace situado al final de este artículo.

Demografía y control metodológico

Necesitamos estadísticas de los evangélicos en ciudades y en provincias, manteniendo un control metodológico al expresar generalizaciones de estudios, para evitar las “falacias de niveles” que surgen de estudiar un caso, extraer conclusiones y proyectarlas al universo de las iglesias.

Para no incurrir en estas fallas metodológicas necesitamos situar los análisis con criterios muestrales en relación a tres criterios básicos:

(a) la distribución geográfica de las iglesias,

(b) una clasificación o taxonomía que dé cuenta de las segmentaciones del universo de las iglesias evangélicas,

(c) sus diferentes impactos demográficos.

Movilidad social

Significativo para nosotros así como Norberto Saracco, de la Argentina, ha sido el pastor Manuel J. Gaxiola, de México, analista de la vida pentecostal, en buena conexión con las ciencias sociales, como es el caso de Bernardo Campos, del Perú. En un artículo de 1977, publicado en International Review of Mission, Gaxiola se refiere a lo que bien podemos llamar la posición de clase de los pentecostales, y dice (en lo que sigue hice una traducción de sus palabras al español):

Todos aceptamos que los pentecostales en América Latina pertenecen mayormente al estrato inferior de la sociedad, al tiempo que la mayoría de los otros Protestantes pertenecen a, o se identifican a sí mismos con, las clases medias, o al menos sostienen valores de clase media. Nosotros debemos sin embargo tomar las siguientes reservas:

(a) Las iglesias tradicionales (Gaxiola se refiere a iglesias evangélicas) también se originan en el estrato inferior de la sociedad, y han alcanzado su presente estatus a través de procesos de movilidad ascendente;

(b) Con muy pocas excepciones, ninguna iglesia Protestante en América Latina está alcanzando actualmente las clases medias, y mucho menos las clases altas;

(c) Los Pentecostales a su vez están ahora sintiendo los efectos de la movilidad social ascendente, y por el peso de sus números, en comparación con los de otras iglesias, están destinados a ser la élite del Protestantismo Latino Americano en la próxima generación (1).

Pocas dudas podrían caber acerca de la certeza de los puntos “a” y “b”, pero lo que parece una hipótesis en el último punto, y tal vez una exposición de un deseo, resulta poco probable. Sin embargo abre las puertas a cuestiones acerca del caso de las iglesias pentecostales en la Argentina, como la siguiente: ¿Qué grado y tipo de movilidad social ascendente es posible observar en los públicos pentecostales? A su vez es necesario en esa perspectiva diferenciar la movilidad que tienen lugar durante el proceso de pertenencia a las iglesias y, en cambio, la movilidad aparente que podría surgir de la incorporación de personas de clase media inferior o media-media.

Asimismo sería un interesante desafío a nuestra comprensión, enfocar qué sucede y qué puede suceder en la medida en que ciertos jóvenes pentecostales pasen por procesos de afluencia social ascendente mediante el estudio, el trabajo y la acumulación familiar de recursos. ¿Seguirán en las mismas congregaciones pentecostales? ¿Irán a otro tipo de iglesias evangélicas? ¿Dejarán las iglesias?

Para-pentecostales

En este plano de reflexiones, convendría acentuar la diferenciación con iglesias como la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), que Bernardo Campos llama isopentecostales, y yo a partir del aporte de Bernardo llamo para-pentecostales, si bien la sociología brasileña (pienso en particular en el sociólogo Ricardo Mariano) los incluye en el neopentecostalismo.
Considero que hay tres diferencias cruciales que permiten caracterizar a las iglesias para-pentecostales en contraste con las del amplio universo de las pentecostales, situadas en los siguientes puntos:

(a) la principal, en la sacralización de objetos que portan carismas,

(b) en la rígida gobernancia episcopal, y

(c) en la nula pertenencia a las federaciones evangélicas. De esto hablamos en Ciudadanos de dos mundos, el movimiento evangélico en la vida pública argentina.

Innovaciones eclesiológicas

En línea con todo lo que hasta aquí vengo exponiendo creo que es necesario trabajar sobre las innovaciones teológicas, litúrgicas, de roles ministeriales y formas de acción que incluyen medios tecnológicos (radio, TV, Internet) y editoriales (revistas, libros, puestos de venta situados en los templos, independientes de las librerías evangélicas).

Cuando me refiero a las innovaciones teológicas, lo hago en el sentido estricto de lo que significa lo teológico pero, además, en la perspectiva que utilicé en el libro Ciudadanos de dos mundos, cuando me refiero a las innovaciones teológicas como “marcos interpretativos para la acción colectiva”, o sea marcos, que le dan objetivos y formas a la acción colectiva de tipo religioso, en las iglesias, en diversas formas de asociaciones de iglesias, y frente a la sociedad, la cultura y los problemas de la sociedad.

Hablo entonces de la unción, (páginas 117-128 de ese libro), la guerra espiritual (129-137), la teología de la prosperidad (138-143), la restauración del ministerio apostólico (152-164).

Cuando me refiero a formas de acción, se trata del desarrollo de recursos del movimiento social, en términos de trabajo en red (páginas 144-145), megaiglesias (146-148), ampliaciones de funciones (149-151). Y también, la teoría instrumental del crecimiento de la iglesia, o “iglecrecimiento” (101-108).

Presencia en el espacio urbano 

Considero que también debería ser objeto de estudio la mudanza de la presencia de los evangélicos, en este caso los pentecostales, desde las áreas alejadas del centro de las ciudades en la Argentina, hacia la presencia en el centro y en grandes locales que antes fueron cines y teatros, realizada principalmente por neopentecostales, pero mucho más todavía, por lo que técnicamente he denominado para-pentecostales.

El pentecostalismo y su labor en los pueblos originarios.

En el caso de los nativos “qom” de la Provincia del Chaco, históricamente conocidos como “tobas”, es importante tomar en cuenta las funciones sociológicas latentes del pentecostalismo, como un camino hacia su inserción en esferas de la sociedad civil y el Estado, y el acceso a los servicios sanitarios y educativos de carácter público, aunque sin dudas no hayan dejado de ser aún hoy parte de los segmentos más pobres de la Provincia del Chaco.

Junto al pentecostalismo en la Provincia del Chaco ha jugado un papel la Junta Unida de Misiones, JUM, formada por iglesias del arco histórico-liberacionista de las iglesias evangélicas, alineadas en la FAIE (Federación Argentina de Iglesias Evangélicas), CLAI (Consejo Latinoamericano de Iglesias) y CMI (Consejo Mundial de Iglesias). Estas iglesias no hacían tareas de evangelismo y proselitismo, limitándose al servicio principalmente sanitario y educativo (1).

Epílogo, campo de fuerzas

En síntesis, me parece que debemos entender también al pentecostalismo, y no solamente a todo el macro sistema evangélico, como un campo de fuerzas, un mundo heterogéneo, híbrido, descentrado, de múltiples actores, asociaciones, pugnas y tensiones, influenciado por sus relaciones con otros sistemas de la sociedad y en diversos lugares geográficos de la República Argentina. Y por eso, hablamos de campo de fuerzas (ver, especialmente, Wynarzcyk 2009: 16-20).

 

(1) Escribiendo estas palabras recuerdo los años en que trabajé como sociólogo con la JUM y tomo conciencia del papel que en ese momento habíamos cumplido al entregarle a los qom la palabra escrita para hablar de su cultura y desde su cultura. Como editor trabajé junto al líder pastoral y educativo Orlando Sánchez, él rescató antiguos relatos de su pueblo en su idioma aborigen y yo preparé la parte en idioma español y la edición final. Así elaboramos un cuadernillo, modesto quizás, y la JUM lo publicó y distribuyó (Sánchez y Wynarczyk 1987).  Al mismo tiempo El Estandarte Evangélico, mensuario de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, con sede en Buenos Aires, durante 16 ediciones publicó notas con aportes que me cupo escribir acerca de los qom, incluyendo una de sus comunidades pentecostales del Conurbano Bonaerense.

Este texto, de forma más abreviada, fue presentado por primera vez en el panel Pentecostalismo(s) y Ciencias Sociales. El Estado de la Cuestión, organizado por la red DIVERSA y el Núcleo de Estudios Religión y Cultura de FLACSO. Buenos Aires, FLACSO, 16 de mayo 2016. (ver aquí). Versiones anteriores del mismo fueron publicadas por ALC (Agencia Latinoamericana y Caribeña de Noticias), por Cordialmente y por la Red Cristiana Radical.

Otras reflexiones del mismo autor sobre la situación de los evangélicos en Argentina, así como de otros estudiosos locales como Pablo Semán, Marcos Carbonelli, Joaquin Algranti, Mariela Mosqueira, Nicolás Panotto, María Pilar García Bossio y Alejandro Frigerio, entre otros, se pueden encontrar en este blog, aquí

GAXIOLA Manuel J. 1977. “The Pentecostal Ministry”. International Review of Mission. Volumen LXVI, No. 261, páginas 57-63.

SÁNCHEZ Orlando (compilador) & WYNARCZYK Hilario (editor). Togueshic l’aqtaxanaxaq na Qompi (Antiguos relatos tobas). Edición Bilingüe. Buenos Aires y Juan José Castelli, Chaco: Junta Unida de Misiones, JUM. 1987.

SARACCO Norberto. 2014. Pentecostalismo argentino. Origen, teología y misión (1909-1990). Buenos Aires: ASIT, Asociación de Seminarios Teológicos del Cono Sur.

WYNARCZYK Hilario. 2009. Ciudadanos de dos mundos. El movimiento evangélico en la vida pública argentina 1980-2001. Buenos Aires: UNSAM Edita.

WYNARCZYK Hilario. 2010. Sal y luz a las naciones. Evangélicos y política en la Argentina 1980-2001. Buenos Aires: Instituto Di Tella y Siglo XXI Iberoamericana.

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Hilario Wynarczyk

Hilario Wynarczyk

Doctor en Sociología por la Universidad Católica Argentina, Máster en Ciencia Política con mención en Teoría y Método por la Universidad Federal de Minas Gerais y Licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires.
Publicado en Ensayos, Estudiar la diversidad religiosa. Tagged with , , , .

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