Aunque cada vez más popular, el concepto de espiritualidad muestra varios de los mismos dilemas que el cada vez más criticado de religión. Una dificultad hasta el momento parece ser que los significados «nativos» más corrientes (emic) aún rigen las discusiones y compilaciones académicas,
De manera más general, la espiritualidad fue frecuentemente considerada el polo individual de la religión -la dimensión subjetiva, experiencial de la religión. La forma más específica y más interesante de considerarla sería como la espiritualidad Nueva Era que florece por fuera de las iglesias, frente a las cuales posee una actitud crítica. El énfasis en lo individual es a la vez experiencial y como fuente de autoridad principal sobre sus interpretaciones. Ademmás, la teología que la caracteriza es inmanente y no trascendente y teísta (como es el caso de la espiritualidad cristiana).
Las mayores críticas al uso del concepto de espiritualidad se refieren al peligro de que los analistas exageren la individualidad de la práctica y la creencia, y especialmente que sobre-enfaticen el alcance de la autoridad individual sobre las interpretaciones y validaciones de la experiencia religiosa.
En el blog DIVERSA se incluyen numerosas descripciones y análisis de los usos y utilidades de ambos conceptos.
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