Estrategias colectivas e individuales en la construcción de una ciudadanía religiosa afroamericana

Orixás en el «Paseo de la Diversidad y la Inclusión” de Gregorio de Laferrere (foto: Nahuel Carrone)

 

por Nahuel Carrone (Universidad de San Martín)

Desde que las distintas variantes religiosas afroamericanas comenzaron a consolidarse en el país, hace ya más de cinco décadas, los religiosos afroamericanos han buscado organizarse bajo distintas formas con el fin de visibilizar y legitimar sus prácticas. Empeño nada sencillo, derivado por las particularidades históricas que, prácticamente excluían y restringían, a las minorías religiosas de espacios de diálogo y participación en las políticas públicas.

Particularmente la última década, ha dado cuenta de redefiniciones que esgrimen en una mayor porosidad del estado a los discursos y la participación de la diversidad religiosa. La formalización de estos espacios institucionales se combinó a su vez, con la revalorización por parte de algunos religiosos de espacios de participación social, cultural y política, como camino posible para la trasformación de la realidad, no solo en la reivindicación de determinadas prerrogativas religiosas históricas, como libertad e igualdad religiosa, sino también, basadas en condiciones de vida de aquellos que, en diferentes contextos, se vinculan con las religiones afroamericanas.

Veremos a continuación, como se desarrollan algunas de las estrategias empleadas, según sea la marcación institucional y territorial en las que se desarrollan, desde ámbitos vinculados a diversos organismos de los estados nacionales y/o provinciales, a aquellos que combinan la problemática territorial de los barrios, en una escala municipal.

Políticas públicas para la diversidad cultural, racial y religiosa afroargentina.

La Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia”, desarrollada en el año 2001 en Durban (ciudad de Sudáfrica), instó “a los Estados a que reconozcan los problemas particularmente graves del prejuicio y la intolerancia religiosas con que tropiezan muchos afrodescendientes y a que apliquen políticas y medidas encaminadas a prevenir y eliminar toda discriminación basada en la religión y las creencias que, combinada con ciertas otras formas de discriminación, constituye una forma de discriminación múltiple”. El reconocimiento de estas formas de discriminación múltiples, progresivamente fueron contempladas y continuadas como políticas de estado por diversos canales institucionales.

Uno de sus ejes centrales, se dio a partir de la proclamación del Decenio Internacional para los Afrodescendientes (2015-2024), según resolución de la Asamblea General de la ONU en el 2014, la cual fuera reconocida en Argentina por Decreto Presidencial en el año 2017. La conformación de la primera Mesa Interministerial de Políticas Públicas para la Comunidad Afro, creada en noviembre de 2020, conformada en función de los compromisos asumidos por la adhesión al Decenio Internacional para los Afrodescendientes, puso en diálogo, con las máximas autoridades del estado nacional en cada área, algunas de las demandas más urgente de la comunidad afro.

Mesa Interministerial para la Comunidad Afro

 

Algunos de los funcionarios y áreas más relevantes refieren a la Ministra de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Marcela Losardo; el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta; el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti; la secretaria de Igualdad y Diversidad del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Cecilia Merchán; la directora del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, Victoria Donda; el director nacional de Equidad Étnico Racial, Migrantes y Refugiados de la Secretaría de Derechos Humanos, Carlos Álvarez Nazareno.

También existieron avances de orden legislativo, como la Ley 26.852, sancionada el 24 de abril de 2013, que instauró el 8 de noviembre como «Día Nacional de los Afroargentinos y de la cultura afro«, la cual conmemora la muerte de María Remedios del Valle, considerada “Madre de la Patria«, por su desempeño en la guerra de la independencia argentina. La ley también permitió la incorporación de la misma en la currícula y el calendario escolar.  Otras se convalidaron por canales de alto poder simbólico, como reciente designación de María Fernanda Silva, en el año 2020, la cual profundiza esta tendencia del rol del estado argentino. Silva no solo se transformó en la primera mujer embajadora en el vaticano, sino también la primera afrodescendiente argentina en ocupar un alto cargo en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación.

Como correlato, resulta relevante el trabajo realizado por la Comisión 8 de Noviembre, en la construcción de la identidad cultural afroargentina. La lucha por el reconocimiento de lo “afro”, aborda diversas problemáticas de la comunidad que requieren de la planificación y la actuación del estado nacional, para la adopción de medidas que garanticen la divergencia étnica y cultural, pero también el derecho a la identidad, representación en los programas educativos, en los derechos religiosos, en titularidad de las tierras, etc. Las cinco jornadas federales realizadas por la comisión, permitieron ser un canal de encuentro, como espacios para el reconocimiento de la presencia afro en el pasado y el presente argentino.

Que el estado nacional adopte políticas para garantizar la diversidad cultural afroamericana, encierra, la convalidación de la diversidad afroreligiosa presente en el país. La representación religiosa afroamericana, está representada al interior de la comisión, por la Comunidad de Religión de Matriz Afro.

Imagen del Facebook de la Comunidad de Religión de Matriz Afro

 

Si bien las problematicas etnicos raciales poseen espacios de  divergencias con las problematicas afroreligiosas, las preocupaciones por la estigmatización, la discriminación y la visibilidad en la construccion de una argentinidad culturalmente diversa, convergen. También resulta particularmente importante, la visualización estadística a través de Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), como lo expresan los esfuerzos realizados para que se incluyera en el postergado Censo 2020, no solo la pertenencia étnica, sino también la adhesión religiosa en el cuestionario.

Mas los diversos elementos, no se circunscriben a políticas de organismos multilaterales, con adhesión de estado nacional. Esta sinergia es acompañada por diferentes estados provinciales, en distintas instancias de diálogos y convenios de colaboración firmados entre la Secretaria de Culto Nacional con los diferentes organismos de culto provinciales. Un efecto de acercar la diversidad religiosa a las políticas provinciales.

Por otra parte, la profundización de las mesas de diálogos interreligiosos, referidas recientemente por Pilar Bossio en este blog, nos muestran canales de participación entre los distintos cultos y el estado. Desde las religiones Afro, emerge la Agrupación Social, Cultural y Religiosa Africanista y Umbandista  (A.S.R.A.U), como una organización social y religiosa que recurrentemente reconstruye estos espacios.

Los espacios de visibilización y participación religiosa en la gestión municipal, son motorizadas por las distintas Secretarias, Subsecretarias y Direcciones de Culto, algunas creadas recientemente como la Subsecretaria de Culto del Partido de La Matanza, en mayo de 2019. Efectivamente, la formalización de estos espacios institucionales, progresivamente fue ampliando los márgenes de relacionamiento con espacios interreligiosos, al tiempo que los agentes religiosos accedieron a formas variadas de legitimación institucional. Las redes sociales de las mismas, suelen ser soportes que expresan ciertos grados de reconocimiento y legitimidad, sobre todo en fechas festivas.

Celebración de Iemanjá en el facebook de la Subsecretaria de Culto de la Municipalidad de La Matanza. (izquierda) y en el de la Dirección de Culto de la Municipalidad de Lomas de Zamora (derecha).

 

Algunos de los novedosos diálogos de articulación entre dichos espacios, confluyeron en la implementación de políticas tendientes a cuantificar la presencia de minorías religiosas en cada distrito. Una de ellas, se gestó con el denominado Primer Relevamiento oficial de templos de matriz Afro articulado entre la Comunidad Afro-Amerindia de la Matanza (C.A.A.M) y la Subsecretaria de La Matanza, en cabeza de su subdirector el Pastor Gabriel Ciulla.

Subsecretario de Culto del partido de La Matanza, pastor Gabriel Ciulla; su esposa la pastora Sonia Ciulla y las referentes de la C.A.A.M., la Iyalorixá Maggi de Yemonja y Marlene García (foto: FB Marlene García)

 

El relevamiento busca visibilizar la conformación y la cantidad de los templos afroamericanos presentes en el partido, y a partir de allí, “ayudar” a la regularización legal de los mismo. Para la realización del mismo, referentes de la C.A.A.M. firmaron un convenio acuerdo con la Subsecretaria de Culto, la cual les otorgó a varios de sus referentes, certificados oficiales como de agentes encargados para dicha labor. Esto le otorgó un cierto grado de legitimación frente a sus pares. A partir de allí, la labor operativa y registral en la recolección de los datos, quedó exclusivamente en cabeza de la C.A.A.M. Labor que al día de la fecha está en ciernes, debido a los contratiempos producidos por las restricciones referidas a la pandemia de Covid-19.

Referentes de la Comunidad Afro-Amerindia de la Matanza (foto: FB Marlene García)

 

Esta experiencia testigo de políticas de reconocimiento y de coordinación, en forma alguna, implican una homogenización de las misma en el resto de los municipios, principalmente los del conurbano bonaerense. La “cercanía” territorial en tanto enclave municipal del estado, como la de los templos en los barrios, imprime metodologías y acciones vinculadas a dichos contextos municipales, las cuales pueden hacer variar significativamente los posicionamientos en cada uno de los municipios. Tampoco puede contemplarse, una alineación tajante que exprese normas y continuidades según afinidades ideológicas y políticas. Elementos en los cuales no nos detendremos aquí pero que, creemos, deben ser fuertemente considerados.

Por último, enfocándonos en la marcación territorial, a la cual nos referíamos, resultan relevante contemplar los marcos de interacciones dinámicos, que se desarrollan por fuera, o alejados, de los canales institucionales.

Barrio y religión: El “Paseo de la Diversidad y la Inclusión” de Gregorio de Laferrere.

Como advertimos, las estrategias y acciones religiosas en función de alcanzar determinados derechos, en relación a los distintos niveles de gobierno, no se constituyen exclusivamente por canales institucionales. Los mismos también se extienden por una gran cantidad de acciones individuales, o la suma coyuntural de ellas, asociadas a las necesidades materiales más elementales.

En este sentido, la “voluntad” por resolver las problemáticas socioeconómicas de los religiosos, pero también de vecinos de los barrios en que están emplazados los templos “reordena” la actividad religiosa por fuera de sus marcos habituales.

El Paseo de la Diversidad y la Inclusión (en adelante Paseo), se sitúa en un espacio aledaño a la estación Gregorio de Laferrere de la línea ferroviaria Belgrano Sur. Previo a la construcción del “puente peatonal”, el mismo era el paso obligado de salida de la estación del lado sur de la localidad. Posteriormente quedó como un espacio algo olvidado, al interior de una zona de abandono mayor, ya que la vida comercial, social, institucional e incluso religiosa, se manifiestan del lado norte de la estación. Allí se concentra el centro comercial, con algunas sucursales de grandes cadenas de electrodomésticos y comidas, la comisaria y la casa de la cultura, la zona bancaria y es el lugar de mayor concentración religiosa, sobre todo del mundo evangélico, en la utilización del antiguo cine del barrio. En palabras de los referentes del Paseo, la zona sur de la estación es la parte “olvidada” de Gregorio de Laferrere.

Imagen actual del «Paseo de la Diversidad y la Inclusión» (2021). (foto: Nahuel Carrone)

 

El Paseo surgió promediando el año 2012, el objetivo primordial se basaba en realizar intervenciones públicas que permitieran visibilizar la religiosidad afroamericana en el partido. La realización del primer mural, contenía exclusivamente representaciones religiosas de algunos de los Orixás cultuados por las variantes afroreligiosas. Este arte iconográfico se complementaba con expresiones de tipo cultural, como música, toque de tambor y danzas. Este primer momento del Paseo se consolidó, con avances y retrocesos, aproximadamente por tres años.

Imágenes de los Orixás. Pintada original del Paseo exclusivamente afro-religiosa (2021) (foto: Nauel Carrone)

 

Actualmente, con el agravamiento de las condiciones socioeconómicas, y exacerbadas por la pandemia Covid-19 desde marzo del 2020, el Paseo comenzó nuevamente a ser un espacio de encuentro, más con variadas divergencias.

Imbuidos en las necesidades estructurales que demarca el territorio, algunos referentes asumieron como propia la responsabilidad de actuar en función de estos problemas. No solo de las necesidades espirituales, sino sobre todo de las cuestiones materiales del aquí y ahora. Sus templos se han transformado en comedores y merenderos y/o en lugares de acopio y redistribución de comidas, medicamentos, pañales, etc. Estas necesidades estructurales en los barrios, establecieron instancias de cooperación con otros colectivos comunitarios que no se inscriben en ningún sistema religioso, como organizaciones sociales, barriales, deportivos, incluso políticas. De esta forma, la necesidad estructural de los barrios donde están enclavados los templos, gestiona una forma de comunidad religiosa organizada en la necesidad de los barrios, que finalmente se materializa en el actual Paseo de la Inclusión y la diversidad. Algunos de sus referentes también promueven ejes de difusión y participación que van más allá del mismo, como la mãe Virginia de Oía (Radio Makumba), Jorge Castillo (Radio Raíces); Pai Daniel de Oxum (Radio Axé), conjuntamente con la Organización Buena Aventura La Matanza, entre otros.

Los elementos simbólicos que se materializan en el Paseo, muestran la continuidad de las prerrogativas de ampliación de derechos y reconocimiento cultural religioso, con un carácter menos institucionalizado. La demanda por los derechos son enunciados y puestos de manifiesto; trabajo, trueque, cooperativismo, oficio, servicios, oportunidad son palabras frecuentemente utilizadas que efectivamente advierten sobre los objetivos primordiales en el manejo del espacio, dar respuestas al desempleo, la marginalidad y la precariedad de muchas de las condiciones de vida.

En este contexto, los referentes priorizaron erigirse bajos los principios de inclusión y diversidad, claro está, esta cuestión construyó a su vez tensiones internas. Algunos referentes de antaño consideraron que estas estrategias instauraban una distorsión en los objetivos primarios en la estrategia de visualización cultural para las diversas comunidades afroreligiosas. En algunos casos, la puja de la representación y la legitimación, bajo el criterio de inclusión, fue gestando instancias de exclusión en el mismo.

Pintadas complementarias actuales del Paseo (2021) (foto: Nahuel Carrone)

 

En este sentido, la incorporación del criterio de “inclusión”, se hizo extensiva a la representación simbólica del lugar. El intento por mostrar una impronta inclusiva y diversa a la comunidad, diversificó la iconografía. A la iconografía afroreligiosa de los Orixás, que primariamente reivindicaba un espacio de representación cultural afro, se incorporaron imágenes iconográficas de la cultura religiosa, política, y cultural argentina. Imágenes del General Perón, el Che Guevara, de María Remedios del Valle, se entremezclan con la del Gauchito Gil, el Papa, la Virgen, la biblia, de organismos de derechos humanos y los pueblos originales, entre otros. Esta representación inclusiva, encuentra limitaciones, por ejemplo, con la exclusión deliberada de San La Muerte, o de las entidades religiosas afrobrasileñas de Exú y Pomba Gira.  La intención de buscar iconografías inclusivas “chocaba” con el imaginario colectivo erróneamente construido, sobre todo por los medios de comunicación, vinculada a la problemática delictiva asociados a éstos.

Como vemos, la estrategia de visibilización pública de religiosidad afro realizada en el Paseo, se redefinió en función de generar mecanismos de inclusión tendientes a construir lazos de cooperación tratando de generar condiciones de encuentro territorial, para la compraventa, el intercambio y trueque de todo tipo de mercaderías. Los religiosos autoperciben que ha cambiado su forma de gestionar la religiosidad, ampliando no solo el abanico de servicios a brindar, sino también los interlocutores de dicha ayuda. Asumiendo que “lo que se pueda hacer o lo que se pueda dar debe ser para todos”.

A modo de cierre, podemos comprender que en cada uno de los mecanismos establecidos, desde los distintos colectivos de representación afroreligiosos a la acción de agentes religiosos, desde la institucionalidad de los diálogos con organismos del estado nacional a los espacios de participación más periféricos del conurbano profundo, expresan que la demanda por más y mejores derechos parecieran ser los ejes articuladores de todos y cada uno de estos esfuerzos.

También que la mayor demanda en la conquista de derechos, no es solo “de y para” las comunidades religiosas afroamericanas, sino como proyecto de acción en la construcción de un tipo de ciudadanía que contemple efectivos grados de adquisición y constitución de derechos ciudadanos. Puntualmente en los esbozos de reivindicaciones históricas, sobre libertad e igualdad religiosa, más también en combinación con los derechos generales, educación, trabajo y vivienda, para el bienestar del hombre en sociedad, en contextos de diversidad cultural, racial y religiosa.

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Nahuel Carrone

Nahuel Carrone

Licenciado en Sociología (UBA) y Magister en Antropología Social (IDAES/UNSAM). Profesor de la Diplomatura en Diversidad religiosa, espacio público e interculturalidad (UBA).
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