Seminario sobre Reacciones Religiosas al Covid-19 en América Latina (mesa 1)

Virgen de Zapopan – Fernando Carranza

 

Nuevos espacios pandémicos para las antiguas tradiciones religiosas por Adriano Godoy y Ana B. Foster  -Laboratorío de Antropología da Religião (UNICAMP)

En esta crónica se presentan reflexiones libres sobre la mesa 1 del Seminario sobre Reacciones Religiosas al Covid-19 en América Latina, que contó con la participación de Joanildo Burity (Fundaj/Brasil) como moderador, Cristina Zúñiga (El Colegio de Jalisco/México), Renée de la Torre (CIESAS-Oeste/México) y Magali Cunha (Bereia/Brasil) como expositoras.

Una imagen de la Virgen de Zapopan presidiendo una caravana por las calles de Guadalajara, México, mientras iglesias y casas cerraban sus puertas a la calle, para evitar la circulación de personas, pero abrían sus puertas tanto para ser vistas como para recibir las bendiciones; sacerdotes revestidos, llevando agua bendita, custodias, imágenes de santos y sobrevolando ciudades de norte a sur de Brasil en helicópteros; el Papa Francisco caminando solo por la Plaza de San Pedro, en el Vaticano; minaretes que piden a los musulmanes en Argentina que se queden en casa en lugar de ir a las mezquitas; la peregrinación a La Meca vuelta opcional para aquellos que no viven en La Meca. Ya sea en las ciudades centrales del catolicismo y el Islam, o al interior de América Latina, la pandemia de COVID-19 obligó a las religiones a crear nuevas prácticas adaptadas a nuevos espacios.

Después de todo, en un mundo confinado por el virus, ¿cuál es el lugar de la religión? Esta pregunta, que parece nueva para la generación actual, es antigua y repetida en la tradición cristiana e islámica. Como bien señaló Silvia Montenegro, los musulmanes en Argentina sostienen que el profeta del Islam ya prescribía reglas para las epidemias, y tanto el aislamiento como la higiene recomendada contra el COVID-19 coinciden con una serie de prácticas diarias de los musulmanes. Asimismo, como señaló Renée de la Torre, la Iglesia Católica ya cuenta con un arsenal iconográfico de especial protección frente a epidemias, como la Virgen de Zapopan o Santa María del Popolo, las cuales ya han sido identificadas por los fieles como responsables de salvar a las poblaciones mexicanas e italianas en el pasado. En ambas religiones abrahámicas bastó con rescatar las tradiciones para que las soluciones estuviesen dadas.

Sin embargo, hubo una diferencia considerable en relación con las epidemias pasadas y es de naturaleza tecnológica. Dado que esta es la primera pandemia en la era de Internet, con un amplio acceso remoto a videos y transmisiones en vivo, el dominio de la tecnología se ha convertido en un actor clave en la mediación con lo sagrado. En la valoración de Joanildo Burity, quien mejor supo usar los medios virtuales consiguió más exposición y, por tanto, más público y poder.

En estos temas, como señaló Cristina Zuñiga, se destacaron las instituciones que ya dominaban los lenguajes y los dispositivos tecnológicos. Como fue el caso de Más Vida, una iglesia cristiana post-denominacional mexicana, que adaptada a las aplicaciones para celular y a los sermones populares en YouTube, ya contaba con toda la infraestructura necesaria para dominar el espacio online, potenciado por el confinamiento físico. Lo mismo sucedió, por otro lado, con quienes ya dominaban las redes digitales de información falsa (o fake news). Como señaló Magali Cunha, la pandemia coincide con la “infodemia”, con toda la red de desinformación formada desde las elecciones brasileñas y estadounidenses de 2018, y cobró fuerza en la negación de los datos y del discurso científico sobre la pandemia, muchas veces con el apoyo declarado de los líderes religiosos brasileros.

Teniendo en cuenta este movimiento, en el cual la autoridad discursiva se “desinstitucionaliza” a favor de una red difusa que mezcla información y desinformación, a lo que apuesta Joanildo Burity como efecto de la pandemia es al movimiento contrario: el de la institucionalización. Y esto no se da por un orden moral o ético impuesto por la crisis sanitaria, sino por un tema técnico de desigualdad de acceso a este mundo virtual que se nos impuso por el elemento sorpresa. Lo que demostró el inicio de la pandemia fue cómo las instituciones religiosas, ya sea por la capacidad de su personal o por el acceso a recursos, dominaban los medios de comunicación con más agilidad y competencia que los individuos sin este aparato institucional.

Al dominar estética y espectacularmente el medio virtual, las instituciones religiosas recuperaron cierta autoridad que se estaba perdiendo. Sin embargo, sólo el paso del tiempo y la duración de esta nueva normalidad pueden mostrar si esta autoridad se mantendrá y si el movimiento “desinstitucional” podrá conquistar los medios a través de nuevas formas estéticas. Teniendo en cuenta la velocidad que imponen las nuevas tecnologías, así como la pluralidad estética que se ofrece, es muy probable que esto suceda.

Las presentaciones de la mesa 1 se pueden ver aquí:

Este texto fue publicado originalmente en portugués en el blog del Laboratório de Antropologia da Religião (LAR) de la Unicamp (Brasil)

Traducción de María Pilar García Bossio.

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Laboratorío de Antropología da Religião (UNICAMP)

Laboratorío de Antropología da Religião (UNICAMP)

El Laboratório de Antropologia da Religião (LAR) reúne investigadores de la Universidade Estadual de Campinas (UNICAMP) que estudian la religión en diálogo con temáticas como cuerpo, devoción, ciencia, política, materialidad, género, racialidad y espiritualidad.
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